Fábula:
Para arar la tierra tengo dos bueyes.
Mi vecino se compró un tractor. Y habla todo el día de sus bondades, de su potencia, de su tecnología, de su velocidad.
Para mi está bien con los bueyes. El tractor es caro, no tiene nombre, no viene cuando lo llamo, no come sólo (hay que ponerle petróleo) y encima de todo eso es muy ruidoso, humea y huele a rayos. Y la semana pasada rompió un neumático y estuvo una semana entera sin trabajar.
lunes, diciembre 03, 2007
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